¿Cuando se acabo el amor?

Canción: 90 minutos - India. 

- ¿Dónde estás cariño? ya compre los pijamas del dia de los enamorados. 

- ¡En la cocina! - grito. 


Ella sacó las pijamas de la bolsa y salió corriendo con ellas en la mano. 


- ¿Te gustan? - un silencio sepulcral abrazo al entorno de Andy en la sala. 

- Vamos, ponte la tuya. - gesticuló Allison con dulzura. 


Ella se le acercó; el viro la cabeza de lado. Alison se esforzó por disimular, pero la indiferencia desproporcionada la congeló. No tenía sentido continuar insistiendo esa noche. pensó. 


Un par de lágrimas desesperadas zarparon de sus ojos, perdiéndose en lo ancho de sus mejillas. Lo deseaba tanto, anhelaba la pasión de su carne, sus perversos instintos y su lujuria, pero todo había cambiado desde aquel viaje a París. Ellos siempre habían estado juntos, amorosamente enlazados ante los ojos de los demás. ¿Cuando se acabo el amor, la pasión? Quiso saber qué es lo que estaba pasando. !Si, tenía que saberlo! 


Alison se dio una ducha con toda la calma del mundo. Vistió su sexy pijama y se dispuso a bajar a la sala con la única intención de confirmar sus sospechas. Su blanca palidez perfilaba sutiles curvas a través de la fina pijama. De su estomago aun volaban mariposas que soñaban libar el perfume de aquellos cuerpos oliendo a la efervescente cópula. Decidida, bajo las escaleras con las piernas temblorosas, y se dejó llevar. Se sentó a su lado y se acercó a su cuello, a sus labios. 


- No sigas, por favor. - le dijo, con tono imperativo. Él trató de levantarse. Ella se lo impidió, y se abalanzó sobre él besándolo con ansias. 


- ¿De verdad quieres que me detenga? Dime que no me amas, que no lo deseas tanto como yo. - espetó sincera y con determinación, pero nerviosa al rechazo. 


- Alisson... se acabó el amor y sucedió lo que tenía que suceder. - El frio congelo cada centímetro de su piel. 


- ¿En que falle? ¿Sexo? ¿comunicación? - preguntó al borde de la desesperación. 


- No fuistes tú, fui yo. Tu sabes ... los hombres somos así. Como los bonobos, los más promiscuos entre todos los animales. - respondió, con descaro.


Andy se levantó sin agregar más nada. Agarró su chaqueta y salió por la puerta de la cocina. Allison se quedó allí, ahogada en llanto, sola de rodillas con el melodrama, viendo esfumarse decenas de noches locas, en camas de rosas, promesas, e ilusiones que un día la hicieron muy feliz.



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