Mi miedo y yo - Decidefobia

Este jueves: escribir sobre una de las emociones más básicas del ser humano, el miedo.



Una noche calurosa de verano, me di un viaje express al subconsciente, el cual, realice para organizar mi mente. Allí, me encontré con la desconcertante Emoción Tóxica, la diosa de todos los miedos.

Se había alojado en el vasto laberinto de los sótanos del palacio de mi capacidad intelectual. Ella era fatal, manipulativa y devastadora. En su largo y enmarañado cabello tenía enredado al Ave de mis decisiones.

Eso me produjo tal zozobra que, indignada, comencé a interpelar gritando a la lobreguez que parecio contestarme con rafagas de bramidos. Fue entonces que, mi chakra se elevó sobre un remolino en medio de la oscuridad, moviéndose con la sagacidad y habilidad de una serpiente Shesha, como si hubiese nacido para pelear en un lugar así.

La diosa oscura se precipitó sobre mí rugiendo, maldiciendo con sus enormes fauces, y atacandome con sus garras abiertas. La fuerza y la tenacidad que procedían del deseo por protegerme, hizo que las reservas de mis chakras se unieran para formar un abanico de luces extrasensoriales, las cuales, dispare contra su pecho, y de inmediato la propulsaron contra su propia caverna. Con rapidez me acerque, y en menos de un microsegundo le aseste un golpe en la cabeza. Esta dejó caer la avecilla que, herida fue abriendo sus alas con un suave y frágil aleteo.

Miré aquellas alas rotas que apenas podían sostenerse, me situé junto a ella y le rocie con polvos tecno-orgánicos para neutralizar las mortales heridas que la habían subyugado. En segundos, la altiva y perspicaz Ave sacudió sus enérgicas alas y, comenzó a aletear fuertemente preparándose para alzar vuelo.
- Xóobo. - me susurro al oído, antes que sus poderosas aspas se entregarán una vez más al cielo de mi racionalidad.



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