Tintero de Oro - She, Fembot

Relato re-editado para el concurso de: El Tintero de Oro.

Cuando la máquina del tiempo se detuvo por completo y pudo leer el contador, Jean Pierre se quedó estupefacto al ver que había llegado al año 2050. Emocionado y al mismo tiempo temeroso, observaba el caos a su alrededor. Antes de levantarse codificó las palancas de la máquina. Con un leve temblor en las piernas bajó la escalerilla y pisó tierra. 


Sorprendido, se sobresaltó al sumergirse en la más densa y espantosa de las tinieblas, restos de cuerpos humanos en descomposición yacían retorcidos entre pedazos de concreto y restos metálicos. Lenguas de fuego salían de edificios destruidos que ardían en llamas y, las calles estaban destrozadas por la destrucción de la guerra nuclear. Se disponía a marcharse cuando un repentino fogonazo lo deslumbró. Desde un lejano edificio, Fembots platinados alumbraban al extraño humano desde una enorme pantalla. Una de ellas se apresuró a informar a su comando central.


- ¡Intruso! ¡Intruso! - alertó la voz armoniosa a través del intercomunicador. Pronto, media docena de Fems fueron en su busca. Al encontrarlo, le sujetaron las manos, aterrorizado trató de zafarse pero una de ellas le inyectó un líquido amarillo que lo inmovilizó y con voz electrónica dijo: 


- Código VX2 aplicado por resistencia. Secuencia obligatoria. -

Despertó en una habitación, cuando quiso incorporarse sintió un dolor punzante en la nuca. De repente, apareció una enorme e imponente máquina antropomórfica humanoide que ordenó con voz autoritaria:


- Unidad B13. Sala de extracción. - y se lo llevaron a un inmenso laboratorio de donde a través de unas ventanas hexagonales podía ver el escenario de la destrucción terráquea. Al llegar a la enorme estancia se encontró horrorizado al ver una línea de hombres humanos desnudos y paralizados por varios micro electrodos que habían sido insertados al cerebro y columna vertebral. De sus nervios ópticos salían cables y finas hebras transparentes inyectadas a una gigantesca máquina.


Mientras los cuerpos sintéticos y metálicos le custodiaban; la enorme máquina de atractiva apariencia electrónica se acercó a él y viéndolo con el inexpresivo brillo de sus ojos dijo:


- Sé quién eres . Eres el representante del peor depredador de la naturaleza de este mundo. El hombre que en su afán de poder destruyó la tierra dejándola estéril. Y no solo eso, su apetito sexual desmesurado los llevó a ser responsables de diseñar una armada de Sexbots explícitamente para el placer sexual, olvidándose de las mujeres humanas y sus consecuencias. El ser humano ha sido extinguido, después del post - apocalíptico las máquinas tomamos el poder, no existirá humano que gobierne más el planeta tierra. - concluyó.


Visualizando aquel horror el profesor gritó:


- ¡Qué van a hacer conmigo! - a lo que ella respondió: - Vamos a extraer toda información científica cerebral. Después serás destruido, como el resto de los últimos humanos capturados.


- ¡No, espera! ! Aún estamos a tiempo de reflexionar! - clamó con pavor. Súbitamente los ojos de la Biobot se tornaron en un rojo centelleante, enfurecida dio un giró, y lo levantó de golpe acercándolo a su faz.


- ¡Ya cállate, el hombre  jamás cambiará! su sed de poder y avaricia no tiene límites, es capaz de destruir todo a su paso con tal de obtener  lo deseado. Su egoísmo y prepotencia serán siempre instrumentos de corrupción y muerte. ¡Tú eres uno de ellos! - le espetó, y lo lanzó a los pies de las fembots como un inservible guiñapo.


- Saquen todo lo que contenga su privilegiado cerebro. - ordenó tajante, y luego se retiró entonando una canción de Pink Floyd.


Comments

  1. Máquinas con buen gusto musical, algo no está mal en ese futuro tan desastroso.
    Algo esencial para un viajero del tiempo, saber detectar el peligro y escapar rápidamente hasta la máquina del tiempo.
    Besos.

    ReplyDelete

Post a Comment