La Natura - El Bosque de Piedra

Este jueves: El tema es la naturaleza. Lo que queramos escribir pero que tenga una estrecha relación con la naturaleza y una importancia especial para nosotros. 


Siempre odie ir a acampar al aire libre con mis padres. No me atraía ver los atardeceres, las montañas de altitudes inimaginables, las llanuras infinitas, los océanos inabarcables, llenos de misterio e incógnitas. Así, crecí y me acostumbre a esta gran Babel de hierro, odiando los tornasolados celajes que se apiñaban en el horizonte. Al llegar las vacaciones de rigor, prefería disfrutar con mis amigos del asfalto y el smoke que llevo en mis venas. De la contaminación acústica, las aglomeraciones, la algarabía en medio de multitudes bajo el radiante verano.

- Estás desquiciada, - solía decir mi madre.

Por el hecho de que, aún no gozaba de mi libre albedrío, tuve que acompañarlos, vivir a lo espartano, y escuchar siempre el mismo pretexto: "es la mejor forma de entrar en contacto con la naturaleza y desintoxicarnos", me forzaron a convivir con los únicos amigos: los animales a nuestro entorno, ¿Hay pobreza más extrema? jamás escucharon cuando les decía que odio los bichos, dormir en carpa, oír el cri-cri de los grillos, y los pasos de animales nocturnos.

¿Quien habra inventado que, es un verdadero sinónimo de descanso, el despertarse a desayunar frente a un fogón, y admirar las montañas, mientras te sofocas con el humo esperando a que te sirvan el alimento? Nunca me relajaron las cagadas de pajaritos, mientras caminaba y era piqueteada por miles de mosquitos, errónea forma de introducirme a la madre naturaleza.

Fuera de bromas, ahora sé que, esa experiencia familiar (sin mis berrinches) debió ser maravillosa, y la calidad del tiempo juntos espectacular. Pero ¿qué se supone que hiciera, una mocosa malcriada a la que siempre le concedían todo?

Pasó el tiempo y me volví una chica adulta y racional. Aprendí a valorar con otra percepción la amada y venerada naturaleza. Como también, dejar la comodidad de mi cama con olor a jazmín, y la de mi baño con puerta y olor a Glade, por dormir en un duro suelo, con la vibración endeble de los grillos en una noche estrellada.

Sin embargo, elijo más pasar las vacaciones en otro país porque me gusta aprender sobre la historia, y visitar sus templos. He visitado muchos, y por lo que han visto mis ojos, debo decir que, la naturaleza que más me ha impresionado, que me a sobrecogido con fuerza inusitada es: el Bosque de Piedra o Shilin, en la provincia de Yunnan, China. La majestuosidad y la perfección de este lugar es digno de admirar.

Cuenta la leyenda que es el lugar de nacimiento de Ashima, una hermosa jovencita Yi, que al prohibirle casarse con el amor de su vida, prefirió convertirse en una enorme piedra en medio del bosque en que aún habita su espíritu. !Ay! las cosas del amor.




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