BULLY MALOY

Por alguna despreciable razón, sin que Hermione lo supiera, el profesor Snape había pensado que era una idea maravillosa asignar compañeros para su clase de pociones Dragónicas. Si la mirada nerviosa que Harry le lanzó no fuera suficiente, las miradas de odio que le ofrecía el Slytherin a su lado definitivamente confirmaron sus crecientes sospechas. 

—Granger. Ese nido de ratas al que te gusta llamar cabello se ve aún peor cuando estás parada frente a un caldero. Encaja perfectamente con tu figura espantasmagorica —.

Hermione respiró hondo y clavó la mirada en la poción burbujeante. Él estaba tratando de hacer que ella se enojara, lo sabía. Llevaba semanas incitándola así. Habían solo tres meses del inicio del año escolar y Hermione ya podía sentir que su paciencia se estaba agotando.

—Oh, vete a la mierda, Malfoy —, aunque no estaba mirando, ya podía imaginarse la sonrisa arrogante plasmada en su rostro.

—Soy una persona curiosa por naturaleza, ¿sabes? Sólo quiero saber como puedes despertarte cada mañana, mirarte en el espejo y estar contenta con... bueno, todo ese ... —, le señaló el cabello, ahora extremadamente rizado.

—¡Por una vez en tu vida podrías simplemente sentarte y cerrar la maldita boca! 

La ira se apoderó de ella cuando lo escuchó reír a su lado. Ella no podía decir groserias. Se dio la vuelta, planeando borrar la sonrisa condescendiente de su estúpido rostro de sangre pura cuando...

—¡Señorita Granger! —. La figura amenazante del profesor Snape camino hacia ella.

—¿Qué te hace pensar exactamente que es una manera apropiada de conversar con tus compañeros? —. Hermione abrió la boca para responder, pero él agitó la mano para interrumpirla.

—No toleraré el uso de un lenguaje así en mi salón de clases. Puedes llevar tus libros. Estoy seguro de que el señor Malfoy es más que capaz de terminar el resto de esta poción por sí solo. Mientras tanto, me escribirás cinco pies de pergamino describiendo la conducta respetuosa en el aula —.

La ira salía de su cuerpo en oleadas mientras apresuradamente metía sus libros de texto en su bolso. Ni siquiera podía mirar a Harry en ese momento, aunque estaba segura de que él estaba frente a ella tratando de llamar su atención. 

—Ah, ¿y señorita Granger?

—Cien puntos menos para tu asignación —, un gemido resonante emanó de la mitad de sus compañeros de clase. Simplemente apretó su bolso con más fuerza, miró fijamente al suelo y se obligó a mantener su dignidad mientras salía. En el momento en que estuvo a la vuelta de la esquina, echó a correr.

Hermione realmente no había pensado hacia dónde pretendía correr. No fue hasta que se encontró cara a cara con Moaning Myrtle. —Lo siento, Myrtle, pero en este momento no estoy de muy buen humor para hablar. Sólo necesito algo de espacio… —.

—¡Por ​​supuesto que no! Nadie quiere hablar nunca con la fantasmal Myrtle. No te preocupes por mis sentimientos. Si no quieres hablar, supongo que me iré. Disfruta de tu espacio que tanto necesitas —, gimió la brujita.

Normalmente, sentía un poco de lástima por Myrtle, pero hoy no tenía la energía para su histrionismo. Tenía que descubrir qué iba a hacer con el patético idiota sangre pura que actualmente estaba haciendo de su vida un infierno. Al principio, consideró sabotear deliberadamente sus pociones para afectar su calificación Dragónica. Luego, consideró tener una pelea a puñetazos con él, pero eso también fue rápidamente descartado. 

Había sido un día largo y Hermione corría por el pasillo, todavía tenía algo importante que hacer en el Vestíbulo de maleficios, pero, por desgracia, se encontró con Malfoy nuevamente. 

—¿Oh, "sangre sucia" querida, ahí estás? —, dijo una voz a su espalda .

 

Ella giró sobre sus talones.

—¿Sabías que el profesor Snape te suspendió de la clase de pociones Dragónicas?

—Te gusta antagonizarme, ¿no es así? — respondió seriamente. 

—No. Claro que no. La realidad es que, "los nacidos de muggles' no merecen estar en Hogwarts —, dijo sonriente a la vez que daba media vuelta para seguir de camino. 

En el mundo de Hogwarts, la magia estaba llena de reglas y regulaciones, pero Hermione, ya no entendía de límites. Estaba tan furiosa que comenzó a agitarse. Su melena indomable ahora estaba más despeinado, parecía una loca desquiciada. Un sube y baja de emociones, le hizo sentir adrenalina y coraje, y un repentino y callado murmullo surgió de su boca —¡Furia calvanimiun! —. Sorprendida se quedó al ver que la cabeza de Malfoy se iluminaba. —¿Cómo he hecho esto? —, se preguntó muy asustada. Hermione recién descubre su nuevo potencial para lanzar hechizos indetectables, cuando su ira le es incontrolable.

Draco Malfoy iba a aprender muy rápidamente a no subestimar a Hermione Jean Granger.

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