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18 - Imagina pasar un día con la persona a la que más admiras del mundo.


Funny girl nunca imaginó que su vida tomaría un giro inesperado cuando recibió la tan ansiada llamada. Todo su esfuerzo valió la pena, pues, nada es imposible. ¡Ni siquiera que el ‘crush’ sea un cantante famoso! estaba fascinada por ese primer amor bucólico, idealizado, al que le daba todo sin esperar nada a cambio, porque siempre tuvo claro que nunca llegaría a una relación formal.

Por lo tanto, esa misma noche de su llegada desde London, Funny, cual fan enloquecida, decidió aceptar la invitación de Ricky Parking para ir a cenar y luego al afterhours del club nocturno Embassy para celebrar.

Después de las tres de la mañana decidieron retirarse. Caía una lluvia insistente y fría, mezclada con diminuto granizo. Se pararon en el andén, Ricky empezó a mover las manos para detener un taxi.

Funny había logrado su sueño, estaba encantada, y decidida a sacarle provecho al máximo, era el unico dia que estaría con él antes que se fuera a un tour con su banda. ¿Cómo era posible enamorarse locamente de una persona que vivía a miles de kilómetros y que nunca había tenido delante de ella? ¿Que nunca había tocado, besado o abrazado? Pero, sin saber cómo, alli estaba, viviendo el principio de su propia historia surrealista; después de dos años de relación por emails, Skype y Whatsapp.

Por fin las luces de un taxi interrumpieron sus pensamientos. La lluvia arrecia todavía más y entraron de prisa al auto amarillo. Él se fijó que el conductor era una mujer de cabello azul largo e inusual.

- ¿Adónde? - preguntó ella, dejando entrever un centelleo tras su cara de Barbie.
- Al Upper East Side, The Carlyle Hotel en Madison avenue. - contestó. La taxista hizo lo que se le ordenó sin formular pregunta alguna.

- ¿Cansada? ¿que te pasa? - preguntó Ricky besando su mano.

Funny girl sacudió la cabeza para aclarar sus pensamientos.

- Estoy un poco nerviosa, supongo. Es que hace mucho tiempo que ... - dejó la frase sin terminar y sin esquivar la mirada de Ricky.

- !Vamos, tranquila! - le dijo sonriendo, besando sus labios, intentando mimarla.
Ricky Parking le apartó los tirantes de los hombros y los intercambio por sus besos. Funny no protesto y jadeo de placer. Él, dejó un cálido sendero de húmedos besos a lo largo de su cuello, vertiginosos y torrentes.

- !Bésame! - dijo, mirando sus perfectas facciones y le mordisqueo el labio inferior. Sus bocas colisionaron por un beso lento, apasionado, olvidando todo a su alrededor. Dos seres en sincronía, dos enamorados disfrutando la adrenalina de su primer encuentro, ajenos al trágico final de la maldad de la depredadora.

La taxista observó por el retrovisor a sus pasajeros, acarició el panel con sus dedos enguantados y, después de pulsar algunos botones, la ventanilla de cristal tras ella se cerró. Unos tubos propulsores lanzaron gases somníferos. Maquiavélica sonrió cuando el semáforo cambió a verde y se desvió por el interminable Southern State Parkway.

Los pequeños relámpagos que iluminaron el cielo mortecino, fueron los únicos testigos de su quinto crimen psicótico en serie.


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