Maldita Primavera - Apocalipsis

Este jueves: escribir de los pequeños fallos de esta estación más bella del año.

De todo aquello que no sea agradable, y por eso la odiemos. 


En la séptima dimensión y protegido por la constelación de Sión, existió una mega burbuja llamada Zenitte; donde la magia de la primavera se creaba eternamente por la luz más pura e intensa; era custodiada por ninfas y sílfides voladoras de vistosos y llamativos colores.

En ella vivió una hermosa adolescente de nombre Crysalia. Su padre el emperador Roín, le regaló en su cumpleaños número quinientos el pergamino apócrifo con la esfera flamígera, por ser la elegida de la nueva estación primaveral de los seres terráqueos.

Más sin embargo, como toda una adolescente en la etapa edípica, no tomó en serio la advertencia de su padre que, dijo estar prohibido dejar salir la luz violácea del globo, hasta el séptimo día de haberla recibido.

El desacato de su terquedad llevó a desatar a la diosa Turissë, también conocida como 'la reina de las esporas', la cual, aprovecho para originar una masiva explosión de energía cósmica, que quebrantó las leyes de atracción y repulsión de la bella e imponente burbuja.

En la destrucción, unos fuertes destellos metálicos noquearon a la hermosa Crysalia de dogma perfecto y equilibrado; sobre una inmensa masa líquida y esporas grisáceas que circundaron su morada empírea.

El daño fue irreversible, ya que aprovechando la abertura del imperio, la diosa Turissë se apropió del pergamino y la violácea esfera. En ese preciso momento, como rayo, abrió las puertas del averno, de donde descendió un batallón de huestes para infestar de alérgenos los pastos, árboles, arbustos, hierbas y plantas con flores, como venganza hacia Roin por haberla despreciado.

Así fue que nació Alergiopolis, lugar donde habitan las sustancias malignas he invasoras que se transportan por el aire al estallido de la naturaleza, causando estragos a millones de la población mundial. Y en la cual, las matrices se van alimentando de esta patología que han de heredar nuevas generaciones.

Desde entonces, como castigo a su desobediencia, Crysalia revolotea en las alas del viento como la tragedia de la maldita primavera.



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