Jueves de cumpleaños - Zitron-K10

Este jueves: "La Plaza..." cumple siete años; y para celebrarlo y asistir a la fiesta debemos traer un escrito ya sea en papel o virtual. El tema... obvio: ¡Cumpleaños! 


Corría el año 2050. Un equipo de investigación de inteligencia artificial y robótica, lograron construir un robot-niño llamado Zitron-K10. Por supuesto, no era un robot simple y cualquiera, este pequeño humanoide lo diseñaron con diez cromosomas artificiales, los cuales le permiten razonar.

Durante un largo tiempo nadie sospecha que a estado acumulando todo el saber de la humanidad desde que fue creado, su propósito, ser el nuevo líder de la edad de acero.

Una tarde se escapa al distrito 33 donde la raza humana es separada por un fuerte muro. Las gotas de lluvia caen levemente sobre su cuerpo de metal, mientras sus pequeños pies metálicos se esfuerzan por trepar la muralla. Al lograr pasar, atraviesa las calles desiertas corriendo. Súbitamente se detiene ante una pequeña casa, la cual, le atrae mucho la atención.

Desde la ventana empañada observa impávido la algarabía de un extraño festejo. Un pastel de arándanos y frambuesas con velas de colores está colocado en el centro de una mesa finamente decorada, y a su alrededor varios niños ríen impacientes.

El robot-niño tiene la cara pegada al cristal, sus ojos negro vidrioso centellean para obtener una mejor visibilidad y explorar el interior de la casa. Una tonadilla lo hace encender su código informático y comienza a guardar:

- “Cumpleaños feliz / cumpleaños feliz / te deseamos todos a ti/...” -

De pronto su cuerpo biónico y sintético resplandece bajo los relámpagos de una tormenta que se avecina.

- ¡Mira, mamá! - grita de improviso el  cumpleañero, señalando hacia la ventana.
- ¿Que pasa, porque gritas? - cuestiona la madre.
- !Vi algo moverse por la ventana! - La madre no da importancia diciendo:
- No te asustes, las hojas de los árboles se mueven con el viento. -  y prosigue a partir el pastel para los invitados. La curiosidad de Oliver lo lleva a salir y aunque asustado, avanza hasta llegar a la ventana.

Zitron-K10 lo agarra por atrás pillandolo desprevenido. El chico intenta gritar pero no puede, lo hace flotar ingrávido, sin poder articular palabras. El silencio es profundo, salvo por el incesante zumbido eléctrico que transmiten varios cables de colores que, velozmente son insertados a su cuerpo para extraer el ADN de cada una de sus células.

Después la poderosa máquina comienza una increíble transformación. Poco a poco todos sus cables artificiales y metálicos se van convirtiendo en músculos y huesos. Los sensores en el módulo de su cabeza se tornan en venas azuladas, y así, en medio de aquella metamorfosis un corazón medio humano empieza a latir. Mientras tanto, el cumpleaños número nueve de Oliver era todo un acontecimiento, los niños comen, gritan, sin percatarse que el pequeño ha desaparecido.

Al cabo de un cuarto de hora, aparece frente a todos sonriendo roboticamente.

- ¿Santo Dios, qué te pasó? - interroga la madre asustada, al ver a su hijo aparecer sucio al abrir la puerta, - ¿Cómo es posible, Oliver? ¡Esto es inaceptable, es tu cumpleaños! - grita ofuscada, tratando de limpiar algunas hojas entre su pelo desordenado y húmedo.

El líquido acuoso de sus ojos se ilumina, e intentando ignorar los comentarios de su madre se dirige al grupo de chiquillos que lo miraban sonrientes, y con vocecilla sintética comienza a cantar:

- “Cumpleaños feliz / cumpleaños feliz / te deseamos todos a ti...” -



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