Este jueves: La convocatoria nos pide que le demos una nueva visión a las palabras "Tutor y Tutoría"
Sakae Mori padecía de nictofobia, un miedo irracional a la noche y a los espacios oscuros, el cual fue provocado por experiencias oníricas terroríficas y dramáticas desde su niñez.
Sin encontrar ayuda en la medicina, ni en el estudio de la mente, no le quedó otra que confiar en lo que se invento usando todas las artimañas informáticas.
Una noche, se despertó de golpe, asustada, agitada y la respiración acelerada. Su cuerpo cubierto de sudor temblaba fuertemente. Miró el reloj y notó que eran las tres de la madrugada.
Desconectó las conexiones de su mesocerebro y se fue a su pequeña oficina. El Freudgear cazafantasmas de sus pesadillas estaba dando resultado. En las tres horas que se forzó a dormir tomando un ansiolítico, pudo cazar otros quince monstruos, los cuales iba coleccionando en el alma mater de su brillante idea.
Con la esperanza de resolver su problema, se vio en la necesidad de inventar, aparte del gadget, su propio videojuegos llamado Tutgear. Un sistema electrónico de ayuda propia, al que se le transportarian toda clase de monstruos capturados en los escenarios catárticos de los sueños. Un excelente guardián onírico que con su inteligencia artificial, superior a la ciencia más avanzada, resolvería toda clase de fobias y borraría toda clase de sufrimientos desde su raíz.
Los usuarios de estos videojuegos de mundos infernales, serían partícipes al ritmo de miles de colores, formas y sonidos, para perseguir sus propios fantasmas en cualquier nivel y eliminarlos en cada jugada. El TutGear futurista de los fobiaholics estaba terminado. Solo faltaba lanzarlo a un grupo de probadores beta para una prueba de usuario en circuito cerrado.
Mientras tanto, en la soledad de su espacio, Sakae analizaba en la pantalla, el holograma que le mostraba la lista de los monstruos más desafiantes de su niñez; los cuales habían sido eliminados con rotundo éxito. Estaba más que segura que, su invento sería la única fuente para sanar los laberintos aterradores de la mente humana.
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