Este jueves: El desafío es escribir sobre un libro que se haya convertido en uno de los más vendidos. Llevar la imaginación al límite y hablar sobre ese momento mágico en donde se sienta que hemos escrito el libro del año.
El sueño de Yessy Kan era escribir una trilogía basada en una historia galáctica que, su abuelo había escrito para ella en su infancia. Estaba segura que el argumento y los personajes tienen buen potencial para explotarlos. A pesar que llevaba varias novelas publicadas, ninguna le había hecho dar el famoso “salto” al deseado bestseller.
Una tarde se sentó frente a la computadora y tras una hora tecleando, borrando, y pensando, se levantó fastidiada. Ese cerebro electrónico nunca fue compatible con ella y sus musas. Se fue a la cocina por un té, tratando de dar un respiro a sus escurridizos pensamientos. Después de un breve descanso, corrió al escritorio donde la esperaba su vieja máquina Olivetti. Se sentó y respiró profundamente, cogió una hoja de papel en blanco, la puso y empezó a escribir:
"En el Multiverso, en esa extensión infinita de mundos, las razas llamadas Dovines, Kalevos y Nahiris vivían en paz, pero llegó un día en el que los Kalevos rompieron las reglas de la diosa Casíopea. La guerra fue inevitable y se iniciaron las primeras batallas contra aquellos que se resistieron a aceptar el poderío de Torak.
La princesa Layka hija única de Hydrus, el emperador de la galaxia Xantrex y de la dragona dorada, reunió a todas sus guerreras Fénixias para defender el trono de su padre. Las tres galaxias se vieron azotadas por una armada de sombras noctámbulas, comandados por Torak un gigantesco alienígena con apariencia coritofánido color ámbar... "
Y ese fue el comienzo de su sinopsis. Pasaron nueve meses hasta que finalizó el manuscrito, el cual, después de enviarlo a varias editoriales y recibir los correspondientes rechazos, se dedicó otros tres meses en cuerpo y alma a reescribirla y hacer las correcciones y revisiones necesarias.
Luego, lo envió a una editorial que le habían recomendado. Pasaron los días, luego los meses y Kan no recibe la tan ansiada llamada. Aun así, sin haber publicado la primera novela, empezó a escribir “Layka y Dragoxina”, su continuación. Necesitaba escribir, era la única chispa que la mantenia en la espera, mientras transcurrían los días.
Una mañana, al despertar, la suerte apareció en su vida. Al fin la contactaron, para poner en marcha el proyecto. Meses después, aunque la editorial le haya costado meter el libro en la cadena de librerías, sorpresivamente fue increíble la cantidad de ejemplares que se vendieron en tan poco tiempo, haciendo de su primer libro un bestseller. Al fin su anhelado sueño se había realizado.
Me gusta la idea para esa saga.
ReplyDeleteBesos.