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Ambrosía realizó un conjuro de búsqueda intensa sobre el castillo de Chambord, entrando en trance hipnótico frente al agua cristalina de una fuente. Luego, su espíritu se dedicó a buscar el pergamino negro en todas las recámaras secretas que le estaban prohibidas ingresar. Como alma en pena recorrió todas las estancias, donde encontró muchos objetos mágicos que habían desaparecido a través del tiempo, pero no pudo encontrar lo que tanto ansiaba.
Estaba a punto de retornar a su cuerpo, cuando una energía antinatural violenta se expandió por toda la estancia. Luego, se vio rodeada de siluetas pétreas, de árboles con troncos retorcidos y peñascos oscuros dentados. Más allá de un mar de fuego se alzaba una ciudad envuelta en llamas blancas: era el Portal de la Alquimia y Necromancia. Por alguna razón, había conseguido viajar entre los planos y aparecer cerca del lugar que su madre le había dicho nunca traspasar. Llena de muchos interrogantes decidió seguir hasta el fin.
Se acercó fascinada a un gran árbol con hojas negras y flores escarlata aterciopeladas, al poner las manos en el tronco, recibió un choque eléctrico que la hizo ver imágenes de su niñez al lado de su madre y padre. Un segundo después, el árbol abrió su corteza y de ahí salió el pergamino. Sorprendida y con mucha delicadeza abrió aquel pergamino quebradizo, lleno de símbolos, del cual, salieron flotando unas extrañas frases en color fuego que susurraron con una fusión de gruñidos, rasguños, y gemidos:
- Omnipotens, et gemitum pauperum, caliginem inferni/Magnum mysterium Satan flamma nobilis et libertas.
- ¡Era su voz! Ambrosía se quedó absorta. Lo que escuchó en su mente era la voz de su padre, pero ¿cómo era posible? Su alma comenzó a brillar con luz purpurina anunciando que estaba en peligro. Ella luchó furiosamente con los cinco elementos para poder escapar y retornar a su cuerpo. Pero quedó atrapada por las fuerzas maléficas del infierno azul, al lado de su padre, rey de la monarquía infernal.
El pergamino fue un tipo de profecía sobre su renacimiento como la princesa Nyzam, la nueva líder de las sesenta y seis legiones de demonios menores.
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