Mira quién te está mirando

Título: Mira quién te está mirando.

El cielo se iluminó con los fuegos artificiales. La iglesia arabesca con techos abovedados y torres puntiagudas les resultó a los chicos muy tentador, y a la vez encantador para ver las luces en todo su esplendor.

 

- Entonces, Tati, ¿vendrás con nosotros a la iglesia o esperas abajo? - preguntó Zoey, mordiendo su crepe, y saboreando su delicada textura.

- ¡Vamos todos, o ninguno! - espetó Xico, agarrando la mano de la pequeñita.

- Está bien. - respondió la pelirroja, acercándose a la puerta de entrada.

 

Enseguida, se dirigieron todos a la escalera, la cual, los condujo a las torres. Cuando ya estaban en la mitad de toda la escalinata de caracol, escucharon un grito que los hizo mirar atrás.

 

- ¡No, nenes, ahí nooooo! - gritó la madre de los chicos, persignándose y quitándose la mantilla de la cabeza.

 

Los pequeños rascals se paralizaron. La madre los miró seriamente, moviendo y agitando la mano derecha.

 

- No se puede subir ahí. ¡Está prohibido subir a las torres! - dijo con acento lúgubre.

- ¿Qué hacemos ahora? -  farfulló Perlina.

-  Shshshsh... tranquila. Entraremos por el portón lateral, cuando se haya marchado. - dijo Zoey.

 

Dicho y hecho, al desaparecer la madre, los pequeños subieron por las escaleras de mármol, como las palomas que van por las cornisas sin temor de no caerse. Desde arriba podrán observar las luces artificiales, y al otro lado, el hermoso y llamativo mar bajo el atardecer. Todos se sentaron a la orilla con los pies colgando, a excepción de Tati que, sin que se dieran cuenta, se fue al lado opuesto.

 

De súbito, Xico escuchó un grito desgarrador.

- !Xico ... Xico ayudame... ayudenme! - gritaba la pobre chiquilla colgada del ala de una gárgola.

 

El hermano mayor salió corriendo en busca de la pequeñita que, asustada lloraba y gritaba. Por unos instantes todos enmudecieron del susto. Xico trató de alcanzar las manitas que aferradas se sostenían de la escultura grotesca.

 

- ¡Resiste, Tati! - grito Xico, desesperado tratando de subirla.

 

Después de unos breves segundos de lucha, una parpadeante luz blanca, como copo de nieve, destello frente a ellos. Sus ojos saltaron de un lado a otro intentando escudriñar, a una figura teñida de azul que se acercaba a ellos.

 

-  ¿Eh?... Mira quién te está mirando. - le dijo Perlina a Xico, señalando a la abuela que, sobre una diáfana nube azulina sobrevoló para rescatar a su nieta.

 

- !Es la abuela y está aquí!  !Mirala! - exclamó Tati entre sollozos.

 

Zoey se restregó los ojos, incrédula, asustada, miró y miró, se preguntó si no estaban soñando. La difunta abuela los observo a todos con gran amor y les dijo:

 

- Denme un abrazo antes de irme. - Todos corrieron hacia ella y le dieron un fuerte abrazo. Zoey se quedó un poco atrás. La abuela se acerco y susurro, - Vamos nena, yo no quiero quedarme sin mi abrazo. -

 

Luego, mientras los acompañaba hasta la salida los hizo prometer que jamás volverían a ese lugar.



Comments