Este jueves: escribir un ejercicio de introspección, navegar en nuestro interior en un mundo real o imaginario.
«A Saiyan Carlos, que —estoy segura-
me sigue recordando.»
Desperté repentinamente de un sueño profundo. Me gire y mire al despertador, que marcaba las tres y diez minutos de la madrugada. Las cortinas del dormitorio estaban abiertas, como siempre, porque me gustaba ver el paisaje de los rascacielos cuando abría los ojos; pero en el intempo de la madrugada sólo alcance a ver las sombras.
Suspire y me volví a acostar. Sabía que ya no podría dormir. Odiaba despertarme antes de que sonara el despertador. Sobre todo cuando tenía la sensación de haber salido de un sueño maravilloso. Su dulce voz resonó en mi oído, como en un eco vago «Te amo...»; sabía que había soñado con él.
Me la paso el resto del día en un estado extraño. En parte, por la euforia de haber gozado de su compañía, aunque fuera en el mundo de mi subconsciente; y en parte, por despertar otro día sola, como siempre.
♥♥♥
Comments
Post a Comment