Un viaje con ... - Lara Croft

Este jueves: emprender un viaje con un acompañante que sea famoso.
Daphne Kan quiere recuperar el medallón Draconiano de Vlad Tepes, que fue robado del museo Káiros. ¿Qué otro día podría ser más perfecto para invitar a Lara Croft en esta travesía? [Este relato no es continuidad de la historia original]
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Sus ojos pardos ocultos detrás de los espejos redondos de los lentes, vieron con asombro las colecciones de armas y joyas. Cuando se acercó, deslizó las gafas por la nariz para ver mejor, el turbante de Blad Tepez con el valioso medallón Draconiano.
- Fascinante, - respiró Lara, sonriendo.

El  mágico medallón vibraba en un círculo perfecto de luz, su núcleo transparente refracta el Dracón mitológico por la luz del sol que se filtraba desde la enorme cúpula, emitiendo un resplandor casi hipnótico.
- ¡Voilá! !La sortija es nuestra! - exclamó Daphne, emocionada, al tenerla enfrente.

Repentinamente, Lara levantó la cabeza y gritó, cuando vio un vampiro que se descolgó del techo.

- ¡Cuidado Daphne, cuidado! Lara hizo girar la antorcha, y apuntó un fuerte golpe en su mentón pateandolo con las puntas de sus botas. Luego, le tiro Vodka flamante. Ella, ni siquiera se dio cuenta. Estaba preocupada por el momento, tratando de arrancar el medallón del turbante.

- ¡Eh! ¿Qué demonios …? - fue todo lo que Daphne pudo gritar, mientras guardaba con precaución la valiosa sortija, bajo la camiseta azul ceñida que se estiraba tensamente alrededor de su generoso pecho.

Tan pronto dieron dos pasos, una muchedumbre de vampiros las rodearon. Escapar por la puerta no se presentaba posible.

- !Esto no luce bien! No quiero ser empalada si el príncipe nos descubre. - dijo Croft, sacando sus pistolas gemelas del cinturón.

- El arma sería inútil, te quedarías sin munición. No hay otra salida que usar la magia Elantris de mi gema Ónix.  - replicó.

- Sí, sé lo que estás pensando. - dijo Lara, a la mirada seria de su compañera.  -
Enseguida, levantaron sus manos en triángulo, y comenzaron el chasquido con sus dedos en dirección a la circunvalación de la cúpula. El conjuro salió con una misma voz, la cual cada vez iba más rápido y más fuerte, ... ¡Yхой! ! ¡Eбёт! ¡Yхой! ! ¡Eбёт!

Pronto, todas las prismas de la gema se activaron, en el orden correcto bajo el signo del hechizo Nuki. Los vientos negros escupieron su aliento sobre las montañas y formaron remolinos; y los vampiros se alejaron en la oscuridad como arrastrados por las mismas sombras de la noche.

Daphne y Lara se vieron entre sí, y sonrieron con felicidad desbordante.



Comments

  1. Funcionó muy bien la asociación de estas aventureras, con nombres de ninfas.
    Que buena historia.
    Besos.

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