La historia siempre contada - Estrella Mágica

Este jueves: debemos situarnos en alguno de los días y/o horas anteriores o posteriores al nacimiento de Jesús. Podría ser como un miembro de la comunidad, un peregrino, parte de la familia que va a Belén, o cualquier otro personaje. 






Después de seis años que José, María y su hijo Jesús, huyeron del rey Herodes a Egipto, al fin los he encontrado viviendo en una aldea en la frontera con Palestina.

Se que todos los días por la tarde, Jesús sale a jugar después de ayudar a su padre en la carpintería. Lo sigo hasta la planada rocosa, donde se reúne con sus amigos. Lo espero pacientemente por varios horas. Unos gritos me devuelven a la realidad. Es Jesús, corriendo a mi alrededor con los chicos y lanzandome piedritas. !Ya deténganse! grite.

- Le mire sonriendo mientras le espantó una mosca de su oreja. - ¿Quieres? - pregunté, ofreciendole un caramelo envenenado. El me devuelve la sonrisa y alarga la mano para coger el dulce, pero al instante, otro chico trata de quitárselo, y el dulce sale disparado hacia la corriente del rio.

- !Oye, mira lo que hicistes mocoso! - grite a todo pulmón. !Jesús! !Jesús! la cena está servida, escuche a la madre decir, desde el otro lado de la vereda. Que frustración, tengo que buscar otra forma de deshacerme de él.

Esta mañana juega solo con sus ovejas. He traído una serpiente para que lo hipnotice y lo muerda, mientras yo me escondo tras unas rocas. La peligrosa áspid se desliza sin esfuerzo por el suelo, se eleva a varios pies de altura y echa la cabeza hacia atrás, lista para atacar. Las ovejas y los carneros corren asustados.

El pequeño ni se espanta, solo la mira fijamente y mueve sus labios como si estuviese hablando con ella. !Eh!... ¿cómo así?, la feroz serpiente danzante gira y se dirige hacia mi siseando. Salgo corriendo como alma que lleva el diablo, solo concentrada en cada pisada, mientras escucho a mis espaldas sus risas incontenidas.

!Esto no me puede estar sucediendo! soy una sicaria experimentada, fiable. Si fracaso seguramente Herodes me partirá en dos. Pero la tercera es la vencida, !lo haré con mis propias manos, o me dejaré de llamar Neftis!

El viento sopla fuerte y lastima mi cara con la arenilla desértica, debo terminar con esto de una vez por todas. Jose y Maria no se encuentran en casa. Se fueron al taller con varios otros trabajadores. No quieren que Jesús se contagie de la enfermedad epidémica que está azotando la región.

¿Dónde estará ese mocoso? Ah sí, allí está arrodillado, esta vez no se me escapa. Mi puñal fiero blande sobre su pequeño cuello ...P...pero..... ugh, qué está pasando?...Una luz brillante semitransparente a envuelto mi cuerpo. Estoy paralizada y no puedo mover ni un solo músculo, solo puedo pensar. Lo veo acercarse hacia mí, me mira con sus profundos ojos azules y sonriente me dice mentalmente: sal de aquí y vete en paz. Una estrella resplandece instantáneamente, como un fogonazo justo cuando estoy a punto de salir de su casita de adobe.

!Increible! !Tengo una alegría exultante! me siento como si hubiera vuelto a nacer.



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