Olaf había llegado media hora antes a la pescadería Naughty Kitty. Estaba a la espera de encontrarse con la gata actriz, Astrid Glamour. Estaba ansioso por verla, por escuchar ese maullido aterciopelado que lo llevaba a las estrellas en el cielo nocturno. Se hallaba locamente enamorado de ella, de sus rasgados ojos turquesa, de su pelaje sedoso, y de sus estilizadas patas largas y finas.
Siempre estaba tan... elegante. Se movía con gracilidad. Todos los felinos de alcurnia en los callejones de Manhattan la perseguían. A Olaf le llevó casi dos años concertar la cita con ella, pero al fin lo había logrado. La estrella lo había conocido en la presentación de su película "Piernas y botas" Desde entonces, la sensual felina quedó cautivada por su personalidad. Olaf también era muy guapo, con una mirada hermosísima, presumía de su pelaje blanco suave como la seda, unos ojos del azul más hermoso, su mirada era tierna, cautivadora y de una ternura irresistible.
El Naughty Kitty, también ofrecía una lista con lo más exclusivo del gourmet marino. Los gatunos disfrutaban platillos de mariscos exóticos, como el mahi-mahi y mucho más, sacados del agua apenas unas horas antes.
Astrid Glamour llego puntual, despampanante en su coche lamborghini.
Cuando entraron, ella se quedó deslumbrada con los cuadros del Kamasutra adornados con luces neón, que adornaban el establecimiento. ¿Sabes como le llaman mis amigos a este tipo de restaurante? Ella se paró en puntitas de pie y le maulló al oído. Ambos se rieron.
Subieron a la segunda planta y se sentaron. Ella preguntó qué vino prefiere y ante la incertidumbre de él, ella eligió un Château Lafite.
Y así pasaron las horas, entre risas, vino y los más suculentos afrodisiacos.
| Olaf | #52retosliterup | Relato |
12 - Haz una historia sobre una primera cita en una pescadería.
Comments
Post a Comment