ʀɛȶօ ʟɨȶɛʀʊք

Lorena estaba sentada en su pupitre meditando. En los últimos dos meses había estado pensando cómo podría quitarse la maldición que había heredado. ¡Por qué había nacido tan horriblemente fea! Según su madre, vino al mundo durante un eclipse lunar en viernes 13, y para rematar su pesadilla le aseguro que era la reencarnación de su tatarabuela, una bruja muy poderosa, razón por la cual, había heredado su peculiar belleza. Por ahora, el único poder que poseía era incitar a sus compañeros de clases a que se burlaran de ella. En la academia las compañeras le gritaban que, el único pretendiente con el que podría ligar era Gollum, la criatura de: The Hobbit.


No había nada más odioso que escuchar a sus compañeras gritarle: ¡Gorila! ¡Gorila! ¡Uh! ¡uh! ¡uh! ¡uh!.


—¡Miren a la gorilita! —grito Verónica al llegar al salón de clases con su trío de niñatas malévolas.

—Quien se atreve a quitarle la horrible bufanda que lleva al cuello. —preguntó, Bianca.


Lorena salió corriendo del salón de clases.


Las pillas la persiguieron por las escaleras, los pasillos, hasta que logró salir al jardín. Sin decir más, se arrojaron contra ella; Martha la agarró por los brazos, y Bianca la jaló por el cabello. Intentó defenderse, como fuera, pero Ariadna, la despiadada capitana del equipo de soccer le asestó una fuerte patada que la tumbó al piso. Los ojos negros y rasgados de Lorena se humedecieron.


—¡Ya déjenme! ¡Suéltenme! —gritaba Lorena.


Un cuervo las miró desde las ramas de un pino y comenzó a graznar su espeluznante canto. Sus potentes chillidos paralizaron el canto de los pajarillos.


Asombradas vieron aparecer una extraña mujer, vestida de negro. Surgía de entre los breñales que crecían más allá del jardín de rosas. Sus extraños atavíos le daban un toque siniestro. Los vaporosos encajes de su traje, la hacían ver como si su cuerpo flotara, suspendido en el aire. Ella entonces levantó su mano y tronó los dedos. La bufanda escarlata ondeó y se lanzó bruscamente al cuello de Ariadna, acompañada de un grito grotesco — ¡Insensible! —grito y repitió —¡Insensible! —. En aquel momento, ante la mirada atónita de sus acólitas, su delicada piel de porcelana comenzó a llenarse de erupciones cutáneas que supuraban fluidos rojos.


Hubo una pausa. Como si el tiempo se detuviera.


Las tres cómplices patalearon en silencio hasta que abrieron la mandíbula a la fuerza y un líquido amargo y asfixiante fue vertido en sus bocas obligándolas a tragarlo, y en pocos minutos, se transformaron en lombrices de tierra.


—Ahora ya no molestaran a nadie, asquerosas.


—¿Qué has hecho? —preguntó Lorena sollozando.

—Alivié tu sufrimiento, niña.

—¿Quién eres?

—Soy Quassia amara. Un espíritu que sólo los más poderosos son capaces de invocar.

—Pero yo no te he invocado .

—Claro que no, fue tu tatarabuela.

—Mi tatara… ¿la bruja Lizbeth?

— Así es. — contestó —. Vete a casa, mañana tendrás un hermoso día.


El rostro de la mujer se expandió con una sonrisa enorme. Seguido, guardó el brebaje de beleño negro con zuzón en su bolsita de hechizos y desapareció asi mismo como habia llegado.




| Quassia Amara | #52retosliterup | Relato |

33 - Escribe un relato que incluya la última palabra del diccionario: zuzón.



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