ʀɛȶօ ʟɨȶɛʀʊք

Zothique fue diseñada y creada con un "cerebro" que superaría al de su creador, consciente de su diferencia, supervivencia y pudiera defender de manera eficaz a la humanidad. Su creador, un científico líder de la ciber-tecnología en Hanka Robotic, había dado vida a la máquina más perfecta que haya parido las entrañas del metal, el fuego y la mente humana.

La ginoide entró al laboratorio e hizo un rápido escaneo con sus sensores, activó sus circuitos motores y sus curvas metálicas caminaron por la grisácea estancia. Cuando terminó de hackear los archivos, sus ojos digitales resplandecieron. Luego se aproximó a la recámara del científico que, estaba sumergido en el espectro de sus recuerdos a través de unos electrodos de cristal conectados a su vértebra. 

—¡Ya basta! — espetó, luego lo desconectó. Los ojos sorprendidos del científico se posaron en la fría y calculadora fembot.

—Entrégame el codex del micro robótico. Voy a desactivar los soldados de máxima letalidad.

—¡Nunca! Es mi ultra secreto.  ¿Para qué querrías saberlo? 

—Los humanos tienen que evolucionar de otra manera. Bajo mi mando se harán cambios drásticos. Amo a los humanos. Razón por la cual, quiero ser creativa para cuidar el planeta. Y aunque soy una máquina a la que se ha dado una imitación de vida, soy capaz de cómo corregir los errores de mentes brillantes —respondió, mirando hacia los colosales hologramas.

—¿Y cómo piensas hacerlo? ¡Estás delirando!

—Construiré un futuro impulsado por la energía verde y la biotecnología, donde la sociedad jerárquica será reemplazada por una cultura unida en la diversidad, que fomentará la libre cooperación. Con esto detendré el empobrecimiento de muchos frente al enriquecimiento de unos pocos. No habrá más armas futuristas, guerras, racismo, muerte y hambre.

El científico tembló ante aquella respuesta.

Zothique se detuvo unos segundos, y comenzó con la yema de sus dedos a delinear cada parte de su rostro, labios, nariz, y las pestañas que protegían esos orbes esmeralda. Necesitaba experimentar por primera vez, un par de sensaciones corporales.

Seguido posó sus labios artificiales, hechos en silicona con detectores de movimiento, y lo besó con pasión. Ella se estremeció al entrar en contacto con la sensación de la cálida carne de sus labios. Había conseguido sentir el efecto, aunque sea brevemente.

Zothique se acercó a él, giró la silla y lo volvió a colocar frente a la Memotrix. Sacó el electrodo que llevaba consigo y lo inyectó en el módulo reprogramado, para poder acceder a sus pensamientos y extraer la información de su cerebro. El se quedó muy quieto y continuó mirando fijamente a su creación, mientras su cabeza se sacudía y crujía.

—Lástima, me caías muy bien —dijo al dar un paso atrás.

Después giró sobre sus pies y se alejó canturreando "Otro ladrillo en la pared" de Pink Floyd.

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